Berlanga 2-1 Azuaga


Tras una semana convulsa, en la que se ha vertido sobre nosotros todo tipo de mierda, dejando a nuestro grupo por poco menos que una 'panda de delincuentes', volvíamos a la carga. Porque no nos importa lo que se diga de nosotros, no cuando juega nuestro equipo. Hasta 13 miembros desplazados a la vecina localidad de Berlanga para ver una nueva derrota de los nuestros, que deja casi imposible la primera plaza, y nos dificulta mucho la segunda. Apenas hace un mes veíamos casi hecha la clasificación al play-off, y pensábamos en luchar por el campeonato. Ahora todo es distinto. Pero como se suele decir, aquí no se rinde nadie.

Al partir los tres coches hacia Berlanga, nos comentaban por teléfono que la Guardia Civil nos esperaba en la puerta del estadio, algo que nos parecía inverosímil, pero que al llegar, comprobamos que era cierto. Se registra a todos nuestros miembros, incluyendo féminas, quizá en busca de algún tipo de artefacto explosivo, acusación que parece estar de moda hacia los ultras. Sin nada por lo que temer, entrábamos al estadio con la intención de dejarnos la voz por los nuestros, como así hicimos. A la salida, de nuevo la Guardia Civil identificaba a un miembro del grupo 'por pegar una pegatina'. Sin más sobresaltos, volvíamos a Azuaga con la intención de elevar, como sea, la moral de nuestros jugadores. Porque nuestro amor no entiende de resultados.