Viaje de 15 ultras al Nuevo Vivero de Badajoz para ver jugar a nuestro equipo en uno de los grandes estadios de nuestra categoría. Una pena que de esos 15.000 asientos no se llenaran ni 300. A la vista queda que con dinero no se puede hacer un equipo de fútbol y que, si la afición no apoya a dicho equipo, está condenado a morir, como terminará sucediendo.
Llegados con bastante antelación, se nos hizo un poco larga la espera, sin bares abiertos por los alrededores. La taquilla también tardó en abrir. Una vez dentro, el bar del estadio tampoco estaba operativo, por lo que las primeras cervezas no llegaron hasta poco antes de comenzar el partido.
Durante el partido buena animación, impulsados por la genial acústica del estadio. Nuestro equipo dio la talla sobre el césped, pero de nuevo nos quedamos con el sabor amargo de la derrota por fallos propios. Al final del partido casi toda la plantilla se acercó a agradecer nuestro empuje durante los 90 minutos, y les devolvimos el agradecimiento. La unidad es vital. ¡Forza Azuaga!
