Azuaga 2-0 Amanecer


Sabíamos que iba a ser duro, pero no esperábamos que tanto. Por primera vez en siete temporadas, la pancarta del grupo no estuvo colgada en un partido de nuestro equipo en casa. Apenas iban cinco minutos de partido y la sangre ya nos hervía, el desolador ambiente nos comía por dentro.

Pero creemos que vale la pena este ejercicio de dignidad. Porque no merece llevar nuestro escudo aquel que nunca lo ha respetado. Porque pasarán las semanas, los meses, incluso los años, y los únicos que seguiremos ahí seremos los aficionados, los que de verdad entendemos lo que estos colores significan, los que nunca le hemos fallado.

Te queremos más que nadie, y esto nos duele más que a nadie. Seamos fuertes, pronto volveremos a estar juntos.