Azuaga 0-4 Coria


Ambiente frío, casi tétrico, el que vivimos el domingo en nuestro estadio. Hacía muchos años que la sensación no era de tal tristeza. Un equipo roto, por una absurda obsesión por un playoff que no debía ser más que un sueño repetible. Una afición desilusionada, por ver como se desmorona todo lo que el equipo del pueblo significaba. 

En este contexto, uno de los equipos más duros de la liga nos goleó y provocó que, a falta de un cuarto de hora, el estadio estuviera prácticamente vacío. Por nuestra parte, permanecimos inamovibles hasta el pitido final, y pudimos comprobar de primera mano el semblante triste que ha tomado el vestuario. Cesar a Cobos no solo no era la solución, sino que ha agravado el problema que ellos mismos crearon.