Azuaga 0-1 Santa Amalia


El fútbol volvió a casa. Las bufandas inundaron de nuevo las calles de nuestro pueblo camino al estadio. El rugido de la afición acabó con el silencio imperante de las gradas tras un largo verano. Nuestro equipo volvió a saltar al césped, y allí estuvimos nosotros. Volvieron, los domingos de gloria.

¿El resultado? Siempre nos dio igual. Acostumbrados a objetivos mucho menos ambiciosos, sabemos que las cosas, con trabajo, llegarán. Entre tanto, solo una cosa más podemos hacer: colgar nuestra pancarta un domingo más; dejarnos la garganta otros 90 minutos más.