Tres derrotas consecutivas parecían presagiar una crisis en el principio de temporada. Un nuevo curso para el que se nos tildaba de favoritos y que no estábamos comenzando como se esperaba. Situación idónea para la aparición de críticas, pitos y voces de culpa. Pero no en Azuaga. Nuestro pueblo volvió a llenar su estadio y arropó al equipo, empujándolo a una trabajada victoria ante un recién ascendido.
Vuelta a la senda de la victoria, con un gran ambiente en nuestra grada en particular y en todo el estadio en general. Queda mucho trabajo por delante, y solo eso, el trabajo, nos llevará a recorrer de nuevo senderos de gloria. Unidos y adelante.
